Francisco Macías Nguema

Político guineano

"Me declino de toda responsabilidad"

Francisco Macías Nguema

Francisco Macías Nguema nació el 1 de enero de 1924 en Nsegayong (Río Muni), hoy Mongomo.

Fue uno de los hijos de un famoso brujo perteneciente a la etnia fang que llegó a ser líder tribal.

Huérfano tras el suicidio de su madre, fue acogido junto a otros jóvenes fang, siendo criado por unos españoles.


Estudió en una escuela católica, aunque solo recibió educación primaria. Cambió su nombre de nacimiento por el de Francisco Macías después de ser bautizado por misioneros españoles. Aprendió el castellano y, durante la adolescencia, trabajó como criado para unos colonos.

Trabajó como funcionario civil de la administración colonial española, convirtiéndose en propietario de una finca para el cultivo de café.

En 1947 dejó la administración colonial y, en 1950, obtuvo el estatus de emancipado. Al año siguiente, ingresó de nuevo a la administración colonial, siendo nombrado delegado administrativo del gobierno en el distrito de Mongomo.

En 1960, se le designa alcalde de Mongomo por las autoridades, desempeñando el cargo hasta 1964.


Fue condecorado con la Orden de África y la Medalla al Mérito Civil.

Fundador del partido Idea Popular de Guinea Ecuatorial (1958-1963). Además, militó en el Movimiento de Unión Nacional de Guinea Ecuatorial (1963-1966), Movimiento Nacional de Liberación de Guinea Ecuatorial (1966-1968), Idea Popular de Guinea Ecuatorial (1968-1970) y Partido Único Nacional de los Trabajadores (1970-1979).

Vicepresidente del gobierno autónomo de Guinea Ecuatorial, presidido por Bonifacio Ondó Edu, desde 1964 a 1968. Durante esta época, Macías participó en la Conferencia Constitucional de Madrid de 1967-1968, preparatoria de la Constitución de 1968, caracterizándose por sus posiciones marcadamente nacionalistas y anticolonialistas.

Durante toda la década de 1960, se presentó como portavoz de la mayoría fang (pueblo bantú) y, en octubre de 1968, tras ganar las elecciones previas a la independencia del país, se convirtió en presidente de la nueva República; cuatro años después se proclamó presidente vitalicio.

Tras el fracaso de un intento de golpe de estado, inició la deriva autoritaria de su gobierno, ordenando el encarcelamiento y la ejecución de Bonifacio Ondó Edu, su rival en la elección presidencial. Hubo más ejecuciones de otros miembros del gobierno y algunos ministros se suicidaron.


Estableció una dictadura caracterizada por una dura represión y el terror infundido a la población. Prohibió, desde 1970, todos los partidos y estableció como único al Partido Único Nacional de los Trabajadores (PUNT).

Durante su despótico régimen, se persiguió al sector intelectual del país y se calculó que unas 80,000 personas fueron asesinadas. Casi un tercio de la población huyó al exilio y la economía del país entró en una grave crisis.

Francisco Macías se casó legalmente por primera vez con una mujer de la provincia de Río Benito, con la que tuvo varios hijos y a la que abandonó en la miseria. Su segunda esposa legal fue una joven de la misma provincia, que el dictador llamó Clara, y con la que tuvo tres hijos. Simultáneamente, tomó por concubina a Mónica Bindang, mulata de cabello rubio, natural de Niefang, que ejerció gran influencia sobre Macías. Todavía casado con Clara, Macías mandó asesinar al director general de Seguridad, Felipe Pedro, para casarse con su viuda, una joven, también mulata, de origen alemán, conocida por el nombre de Kroner. Con esta también tuvo otros hijos. Además, se relacionó con otra viuda, Rita Flores Mernicon, con la que también tuvo hijos.

Derrocado en agosto de 1979 por un golpe de Estado dirigido por Teodoro Obiang después de que Macías ordenara asesinar a su hermano.

Francisco Macías Nguema fue juzgado como genocida, aplicando el código militar español (a falta de un sistema legal en el país), siendo condenado a muerte.

Fue fusilado a las 16:00 horas del 29 de septiembre de 1979 en la Prisión Playa Negra, Malabo, Guinea Ecuatorial, junto a seis de sus colaboradores, por la guardia real marroquí, al no encontrar voluntarios entre los soldados del país, que le consideraban un semidiós. El dictador dio un paso adelante y habló en fang. Pregonó su inocencia y pidió ayuda para los suyos. Las palmas de sus manos estaban vueltas hacia atrás, como dicen que los hechiceros las ponen antes de emprender el vuelo.

Macías Nguema está considerado como uno de los líderes más sangrientos en la historia del África postcolonial.